¿Se te dificulta poder sobre llevar los inconvenientes de la vida cotidiana? ¿Cuándo algo te toma por sorpresa te paralizas y no sabes cómo resolver? Si tu respuesta es sí, necesitas trabajar la resiliencia.
La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de adaptarse a las situaciones adversas de manera positiva, encontrando solución y agilizando los procesos de resolución de las situaciones, obteniendo éxito en todo momento.
Las personas resilientes se definen como aquellas que, a pesar de experimentar las vicisitudes de la vida no son afectadas psicológicamente por ellas.
En el ámbito de la psicología, Emmy Werner, en 1995 se refiere a tres usos generales del término resiliencia:
1.)Buen desarrollo a pesar de alto riesgo social.
2.)Mantenimiento de las competencias pese al estrés continuo.
3.)Recuperación después del trauma.
Ciertamente se engloba un poco de cada una de estas afirmaciones, debido a que la persona que practica la resiliencia en todos los ámbitos de su vida cotidiana, puede afrontar los problemas de manera positiva, buscar las soluciones, sacar el mayor provecho de la situación y no permitir que esos problemas les afecten. Esto es una gran virtud que en la actualidad muchos no se permiten gozar.
Tal como citaba Nelson Mandela “yo nunca pierdo; o gano o aprendo”, gran ejemplo de una persona resiliente, tanto así que después de 27 años de cárcel y muchas situaciones de discriminación, se postuló como presidente de su país Sudáfrica y, ganó las elecciones.
Así es nuestro paso evolutivo en este plano terrenal. Todo se traduce a una relación ganar-ganar aunque a simple vista no tengas la capacidad de visualizarlo.
Todo cuanto pasa en nuestras vidas, todo cuanto hemos permitido vivenciar, es parte del aprendizaje que se ha escogido en esta escuela llamada vida. Donde nadie sale reprobado, todos obtienen la calificación que así han decidido, unos más otros menos, unos más conscientes, otros más dormidos.
Todos podemos ser resilientes ante las adversidades.
Para cultivar la resiliencia practica ser una persona:
Optimista: Ve siempre lo bueno y positivo de las cosas, todo cuanto existe siempre tendrá una polaridad, arriba-abajo, blanco-negro, norte-sur. Igual pasa con los acontecimientos diarios, todos tendrán una polaridad positiva-negativa.
Inclínate siempre a darle peso a la polaridad positiva, aún cuando en ese momento no puedas identificar lo positivo de la situación, ten por seguro y confía que siempre saldrás ganando y siempre obtendrás lo mejor de la situación.
Con suficiente amor propio: cultiva diariamente tu amor propio, esto resulta fundamental, puesto que cuando se goza de amor propio, se goza también de seguridad, de valentía, de benevolencia, de responsabilidad y compromiso, donde ante cualquier circunstancia siempre estás tú en primer lugar, cuidando y haciéndote cargo de ti por sobre todas las cosas. Si sientes que necesitas ayuda para elevar tu autoestima lee ¿cómo desarrollar la autoestima con la PNL?
Todas esas virtudes indicadas en el párrafo anterior, te permitirán hacerte cargo siempre de las situaciones en tu vida, sin reprochar ni culpar a nadie, entendiendo que todo cuanto te pasa te pertenece y debes trabajar en su solución o reflexión siempre desde el amor.
Realista: Todo tiene solución en esta vida y lo que parece no tener solución, ¿para qué te vas a enfrascar en querer arreglarlo?, aprende a soltar. Esto no significa hacerte de la “vista gorda” ante alguna situación, esto significa ser responsable de tu salud mental, sin desgastes innecesarios. Si 1+1=2, porque te empeñas en hacer que sea 5, no vale la pena.
Proactiva: desarrolla las actitudes y aptitudes que te permitan ser una persona que busca soluciones estratégicas y rápidas. Atiende a tu alrededor, visualiza tu interior, atiende a tu palpito y anticípate a las situaciones que resultan evidentes.
El comportamiento proactivo implica actuar antes de una situación futura, en lugar de sólo reaccionar. Significa tomar el control y hacer que las cosas sucedan en lugar de simplemente ajustarse a una situación. Tú tienes el control total de tu vida.
Consciente: atiende tu salud mental en todo momento y eleva las vibras espirituales que te permiten ver la bondad en cada cosa que pasa. Trabaja tu espiritualidad (aquí te dejo una guía para que te conectes con tu espiritualidad) y lo más sublime de tu interior, bendiciendo y santificando todo cuanto pasa. Medita, come saludable, cuida de ti, ve a terapia.
Reflexiva siempre desde el amor: es la mejor parte y el sentimiento más preciado que le han podido otorgar a la humanidad. Todo lo que reflexiones, opines o evalúes hazlo siempre desde el amor. Te aseguro que ahí siempre encontrarás la mejor solución.
Mi misión es ayudarte a sanar.