A quien no le ha pasado una situación involuntaria, se me cayó el vaso y me corté sin querer, tropecé con alguien y no fue esa mi intención, choqué mi auto, me rompí una pierna y ¡fue un accidente! ¿Pero, en realidad existen los accidentes? Veamos qué son.
Los accidentes en realidad no son eventos accidentales, como todo lo que hay en tu vida, tú creas cada situación que te permites vivir. No se trata de pensar que no pueden suceder estas eventualidades, y que tú querías conscientemente que eso pase. La realidad es que inconscientemente atraemos estas situaciones.
Cuando te enojas contigo misma, cuando te sientes culpable, cuando sientes la necesidad de autocastigarte, un “accidente” es la forma idónea de conseguirlo.
Los accidentes son expresiones de ira y rabia. Estas indican un cúmulo de frustraciones en una persona que no se siente libre para expresarse o que no puede valorarse a si misma. Cuando te enfureces tanto, al grado de querer golpear a alguien o algo, que terminas afectándote a ti, generando un “accidente”.
Puede que te resulte difícil de creer, pero los accidentes o situaciones involuntarias por sí solo no existen. Son más bien, situaciones que inconscientemente atraes a tu vida, porque tus pensamientos y emociones están alineados con que esto suceda. Es decir, son provocados por ti.
No eres víctima del destino ni de las circunstancias. Los accidentes son situaciones que te permiten reflexionar, en otras ocasiones descansar e incluso encontrar la ayuda que necesitas en tu vida.
Así que la próxima vez que tengas un accidente, reflexiona sobre lo que piensas y haces en tu vida. Pregúntate ¿es ese el camino que debo seguir recorriendo? ¿por qué me saboteo a mi mismo? Revierte esta situación negativa en algo provechoso y de aprendizaje para ti, interprétala como una llamada de atención sobre el curso que estás decidiendo seguir.
Siempre tienes el poder y el mando de cambiar la dirección y el rumbo de tu vida. Recuerda siempre estar guiado por el amor y todo funcionará a la perfección.
Mi misión es ayudarte a sanar.