En el mes de las madres, honra a mamá por su gran labor. Ella es el sostén de la familia, la que nos brinda acompañamiento, validación y amor.
De forma adicional que mejor oportunidad para sanar y perdonar cualquier situación dolorosa vinculada a nuestra madre, que nos aflija y no nos permita desarrollarnos plenamente.
El día de las madres surge en la época del imperio egipcio, donde se veneraba y brindaba honores a la diosa Isis, quien era considerada la madre de los faraones y protectora de sus habitantes.
Con mamá inicio la vida, ella nos albergó, dándonos parte de su cuerpo, espacio y sentimientos para poder desarrollarnos y llegar a este plano terrenal.
Así como la diosa Isis, mamá simboliza la protección y guía de nuestro ser. Sentimientos que solo podemos comprender, cuando nos convertimos también nosotros en madre.
Venerar y perdonar todo aquello que la madre pudo haber hecho mal, es la clave para vivir una vida sana, prospera y feliz, pues mamá simboliza la alimentación afectiva que nuestra alma necesita, es el combustible de nuestro ser.
A veces hemos juzgado los actos que muestras madres han hecho, porque la visualizamos como un ser que no puede equivocarse, que no puede comete errores, como un ser que no puede enfermarse, que no puede sentirse mal emocionalmente y por ello le exigimos a más no poder.
Deja de una vez por todas todo aquello que pudo herirte y vulnerarte, tanto si mamá, a tu parecer, lo merezca o no, es hora de soltar y sanar. Por tal, honra a mamá.
Mamá no es una super heroína, mamá es un ser humano igual que tú, que pueda que haya vivido también situaciones adversas que en su momento ella resolvió con los conocimientos que tenía, sin encontrar otra salida.
Mamá antes de ser mamá, también fue hija y también fue moldeada por su madre. No es su culpa ni de nadie, todo ha debido pasar tal como ha sucedido.
El día de hoy vamos a honrar a mamá por el simple hecho de habernos traído al mundo.
Honra a mamá a través de una carta que simbolice tu amor hacia ella o tu perdón. No necesitas entregársela si no lo deseas o si no puedes por cualquier circunstancia, basta con que vaya dirigida a ella.
Vas a necesitar: papel, lápiz, flores de colores y palo santo.
Escribe en esa carta todo lo que simboliza para ti mamá, exprésale todo el amor que le tienes, expresa todo lo que sientes al visualizarla, tanto si es amor o tristeza y lo más importante, perdona todo aquello que no supo hacer de la mejor manera.
Da rienda suelta a tus sentimientos, lo importante de este ejercicio es que te permitas experimentar y sentir ese sentimiento, tanto de amor, gratitud, tristeza o rencor. Habla con mamá por medio de esa carta sin perder detalles y exprésale todo lo que siempre has querido decirle.
Al terminar la carta expresa tu perdón hacia ella, dile cuánto la amas o cuánto deseabas amarla.
Luego que la termines vas a santificar la carta llenándola de sahumerio del palo santo, es decir, vas a prender tu palo santo y con el humo que brote, vas a limpiar la carta.
Al terminar de limpiarla con el palo santo, llena la carta de pétalos de tus flores de colores, en señal de amor, ofrécele esas flores a tu madre en caso de que no puedas o no quieras entregar la carta y luego la vas a quemar y esparcirla en el aire con la intensión de que llegue el mensaje a ella (madre, estés donde estés, recibe este mensaje desde mi amor y con mi perdón).
Si deseas hacerle llegar la carta a tu mamá, entonces envíaselas con el ramo de flores.
Ejemplo de carta de honra a mamá:
Carta a mi madre.
Mamá tú que todo pudiste, tú que todo me diste, gracias por darme lo más valioso que tengo, la vida.
Mamá, tú que libraste mil batallas solo para protegerme, tú que me diste la vida arriesgando la tuya, gracias te doy por cada una de nuestras vivencias, fuesen buenas o malas.
Gracias por ser el alma que la mía eligió para transitar este camino de aprendizaje que me llevará a la evolución de mi conciencia, gracias por brindarme amor, gracias por brindarme alimentos, gracias por tu cuidado y protección, gracias porque sé que hiciste lo mejor que pudiste en ese momento, porque era lo único que sabias, era lo único que podías, era lo único que estaba en tus manos hacer.
Te pido perdón mamá por juzgarte, por recriminarte, por exigirte, por menospreciarte, no sabia por todo lo que habías pasado, no sabia como te habías forjado, no sabía todas las situaciones que tuviste que pasar para mantenerme a salvo.
Gracias madre de mi alma, por hacer de mi vida, un lugar feliz.
Espero que este ejercicio te libere y te llene de amor y gratitud, un abrazo fuerte para ti.