Mucho se ha hablado de la figura materna, de su importancia a nivel emocional y del impacto que tiene en el desarrollo del niño. Pero ¿qué pasa con papá? él también es importante y fundamental.

La figura paterna constituye la figura de apego secundario. Cuando papá está presente, desarrolla en el infante el sentido de la seguridad, pertenencia, autoestima y confianza en sí mismo.

La figura paterna es quién ayuda a desarrollar la personalidad de los hijos. Papá es quien simboliza los valores, la flexibilidad, la templanza y la fortaleza. 

Papá es la pieza clave que determinará como tu hijo se comunicará con su entorno, como llevará sus relaciones sociales y como desarrollará su autoestima.

La figura paterna es irremplazable haya existido o no, mamá nunca podrá remplazarla. Mamá solo podrá hacer el acompañamiento y validar los sentimientos del hijo por la ausencia de esa figura.

Cada una de las figuras en la familia tiene un significado y una función, ninguna podrá reemplazar a la otra, todas son importantes y fundamentales.  

Es sorprendente la frecuencia con la que escucho en terapias, cuando los pacientes me indican,  “mi papá biológico nunca quiso tenerme o fui un error para mi papá o mi papá nunca quiso conocerme porque no me quería” FALSO, es no pasa de esa manera.

Cuando concibes a un hijo es porque consciente o inconscientemente en papá ya estaba planteado. Papá así lo deseaba, de forma tal que permitió la vitalidad en el espermatozoide que fecundó a mamá que, a su vez, también lo deseaba. Esto no pasa de otra manera, todos los nacidos han sido deseados por sus padres, de lo contrario, no existirían.

Ahora que las decisiones de papá o mamá sean otras al enterarse de la concepción, eso ya es otro tema. En ese momento se pondrá en manifiesto las vivencias que cada uno del clan familiar haya decidido venir a trabajar a este plano material. Nada es casualidad ni error, todo es perfecto porque así lo hemos decidido incluso antes de nacer.

Los pactos ya estaban hechos, y de eso tampoco hay que tener dudas. Lo importante es tomar consciencia de las situaciones, aceptarlas con amor, aprender de ellas y transcender las heridas, porque a eso has venido. 

Así que si tú eres una persona tímida, cohibida, insegura, desconfiada y/o miedosa es probable que hayas resentido ausencia de tu padre biológico. 

Si ha sido así no quiero que te preocupes o que guardes rencor. La herida que ha causado la ausencia paterna desarrolló esas limitantes en ti y es normal.

Pero ahora que estás consciente de la situación y si tu tiempo de sanar ha llegado, busca ayuda para perdonar a papá y reestructurar un vínculo afectivo, aunque sea simbólico. Pero lo más importante es el poder de perdonar desde el amor, y quizás no porque él lo merezca, sino porque tú te lo mereces. 

Si quieres sanar, debes estar dispuesta o dispuesto a perdonar, perdonar de corazón, liberar y trascender esa herida, solo así podrás vivir en plenitud. Exista o no papá, lo conozcas o no, siempre vas a tener el poder de conectar con él, porque esa conexión está establecida desde la concepción. Estás conexiones se tratan y ayudan con la técnica de constelaciones familiares. 

Y para todas las mamás que impiden la presencia de la figura paterna en la vida de sus hijos, por problemas personales, por intereses propios que no tienen nada que ver con los hijos, por favor recapaciten, sean madres conscientes y no causen más heridas en sus pequeños.

Recibe esta información desde todo mi amor, y si necesitas técnicas de sanación para transcender las heridas de la figura paterna, escríbeme al correo de [email protected]. Recuerda que mi misión es ayudarte a sanar.